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miércoles, 31 de enero de 2007

¿Dónde quedaron los que se fueron?

Es posible que mañana me pregunte del porqué fui tan cobarde, pero hoy no tengo fuerzas para luchar contra mis malos pensamientos. Hoy dudo de ti, de mi y de nosotros. Me convenzo de que es difícil olvidar todo un pasado y no veo nítido el futuro. ¿Crees que los sueños alguna vez se podrán convertir en realidad? Estoy cansada de esperar; me niego a esperar.Hoy he vuelto a sentirme la ridícula niña ilusionada con nada y mi castillo se ha vuelto a esfumar en mis manos. Hoy sólo pienso en estar triste, y quiero correr a esconderme a algún rincón donde no exista el recuerdo, para olvidarme de los días que me has dado y que ya no van a volver. Hoy me doy cuenta de nuevo que no existen los caballeros que salvan a las princesas. El pasado me arrastra de nuevo a la oscuridad donde los rayos de sol no pueden dar calor. Vuelve la soledad...¿Dónde quedaron los que se fueron?

jueves, 25 de enero de 2007

La mayor creación humana

Dios... una pequeña palabra de 4 letras y todo lo que abarca... Hoy en día esa palabra es tan polisémica que parece infinita en significados. Supongo que en esencia podríamos llegar a algún acuerdo con el que todos nos sintiéramos identificados, pero a priori diré que yo soy más bien una persona naturista. No creo que todo el poder se limite al ser humano, sino que el poder está en todas partes y cobra cociencia de cada una de esas partes. El Todo, un concepto que me gusta más que el de Dios (no está tan viciado), no es una conciencia suprema que está por encima del resto, sino que es la confluencia de cada una de las conciencias huamanas, de cada una de los instintos animales, de cada uno de los movimientos de la tierra, del cielo, del agua, de cada una de las fuerzas que sustentan el universo.Una limitación de Dios es que sólo entiende las cosas en parámetros de bien o mal. Estos valores vienen limitados por la conciencia humana, de donde provienen. El Todo, en cambio, no se limita al bien y al mal como únicas formas de entender las cosas, dado que las posibilidades en realidad son infinítamente múltiples.Dios es una proyección humana excesivamente limitada, un paso entre el ser humano y el Todo. El Todo es conocimiento puro, absoluto, que necesariamente está por encima de Dios.En verdad, el ser humano no es el ser más maravilloso, dado que todo lo que vive y todo lo que es inherte es maravilloso de por sí, incluso las cosas que para nosotros no son buenas. Pero son mecanismos que muchas veces se nos escapa a nuestra comprensión llevándonos a errores como el bien y el mal.
Yo no soy más que una partícula en medio de la inmensidad de todo el universo. Partícula que forma parte de una energía que lo llena todo en un movimiento contínuo hacia el equilibrio (lo que referencío como Todo).La magnificencia del Todo es que se forma a partir de las partes (como podemos ser tú, yo, una minúscula piedra del camino, una estrella muy lejana, una especie extinguida o algún ser que aún ha de venir); por tanto, como parte de ese Todo, participo de su sabiduría, no sólo pasivamente, sino contribuyendo a su existencia también de una forma activa. Yo doy y recibo del Todo.
Quizás es interesante aclarar que eso no significa que se me revelen todas las incógnitas, dado que la participación con ese Todo requiere un trabajo para el que el ser humano aún no se encuentra preparado. Estamos en la cola de la comprensión, pese a que nos consideramos los seres supremos por encima de todas las cosas. Nuestra prepotencia como seres, precisamente, es lo que nos separa de la comunión, del equilibrio, del conocimiento. Dios y otras proyecciones humanas (Marx) son símbolos que también nos distancian de esa fuente tan magnífica.
Volviendo a lo que decía, cuando afirmo que soy yo y no Dios quien me ayuda a mis objetivos en la vida, hay que especificar que ese "yo" al que hago referencia, apunta indirectamente a Todo. Tú participas de esa sabiduría y por ello contribuyes en mis logros personales, inconscientemente, sin necesidad de tu voluntad. Simplemente, porque formas parte de mi, como yo formo parte de ti; no en cuerpo, sino energéticamente.
En términos más concretos y palpables, ¿acaso no crees que compartiendo tu conocimiento conmigo estás contribuyendo en mi vida? Llévalo a su máximo explendor este mecanismo aparentemente simple, multiplícalo por todas las cosas que has visto y que no has visto, que existen, existieron o existirán, y las que jamás existieron ni existirán; intenta intuir en tu mente limitada por tu condición humana, el universo inabarcable, inimaginable, e imagina todos y cada uno de los movimientos que se entretejen entre unos y otros elementos de tal forma que sólo una partícula entra en contacto con el resto de todas las partículas, y así sucesivamente. Imagina no objetos, sino energía pura en continuo movimiento, en contínua lucha por mantener su equilibrio. Cuando tan solo atisbes una ínfima parte de todo lo que describo y lo que dejo por describir, entonces comprenderás que el Bien y el Mal son simples conceptos que pierden todo su sentido. Y aún añadiré que es imposible que el Bien exista si el Mal desaparece... porque uno necesita del otro para que simplemente sea pronunciado, más para que se practique. Y entonces comprenderás, llegados a este punto, que Dios (en los términos clásicos o dogmáticos) se equivocó y que en verdad no existe. Dios es la mayor de las creaciones humanas... irremediablemente.