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martes, 30 de junio de 2009

Warm nightmare

Me despierto súbitamente.
No reconozco donde estoy.

Paredes blancas. Sin ventanas. Sin puerta. Sin muebles. Una habitación desolada.

Nada, a excepción de una cama donde me encuentro estirado, hay a mi alrededor. Trato de moverme pero no puedo. Lo intento. Lo intento con todas mis fuerzas pero algo en mi interior me dice que me quede quieto. Será mejor. Creo que será mejor.

No comprendo que está pasando.

Ante mi asombro una llamarada de fuego aparece sobre mí. Sigo sin poder moverme.

Es una llama enérgica. Caliente. Muy caliente. No me quema. Sorprendentemente su calidez me agrada. Trato de abrazarla con mis manos. La quiero. La quiero conmigo. Poco a poco un intenso calor crece en mi interior. Es agradable. Nada doloroso.

No lo comprendo.

Estoy ardiendo en llamas y no quiero moverme. No quiero huir. Quiero ser consumido por esa calidez que me hace sentir vivo.

No lo comprendo.

La cama está ardiendo por completo. El fuego se arremolina a mi alrededor. Las llamas sobre mi son cada vez más intensas. Cada vez más intensas. Puedo notarlas. Están sobre mi pecho. Sobre mi cuello. Sobre mis labios. Me estoy quemando. Me estoy consumiendo pero no puedo o no quiero hacer nada para remediarlo. Algo sucede. Puedo percibirlo. Las llamas cada vez son más grandes. Creo que van a explotar. Van a estallar...


Me despierto.

El sudor recorre mi frente. Mi respiración es intensa. Dilato mis pupilas tratando de atisbar un rescoldo de luz.

Nada.


Un susurro nace junto a mí en medio la nada.

-¿Una pesadilla?


Su voz es dulce. Es cálida. Es querida.

Esas simples palabras hacen que me calme. Cesa el sudor. Mi respiración se tranquiliza.


-No. Para nada. Soñaba contigo mi amor.- digo en voz baja.


La oscuridad me envuelve. No veo nada. Sin embargo percibo claramente una sonrisa en su cara de ángel.

Su aliento se aproxima a mí. Cada vez está más cerca.

Una mano se desliza por mi mejilla mientras me susurra al oído...


-Ven conmigo cielo...

Del nacimiento...

-Siempre te has considerado una víctima. Asumiste el papel de hija no deseada y te convenciste que no te quise...- miraba fijamente el crepitar del fuego en la chimenea mientras mi madre me zarandeaba el estómago con estas palabras. ¿Dónde se ha quedado la niña pequeña que habitaba en mí? ¿Fui alguna vez feliz? -...supongo que entiendes que no todo el mundo tiene una misma forma de querer. ¿No era amigo tuyo el que hablaba el otro día de la aceptación incondicional? ¿Cómo se llamaba?

-Xavier...

-¡¡Eso es!!- Deseaba que se callara. En cierto modo yo no le pedí que me trajera al mundo. ¿Por qué me castigaba con este sermón? Estaba clarísimo que se había pasado más de la mitad de mi vida odiándome. ¿U odiaba a mi padre y le hacía daño a través de mí? En cualquier caso, cargué con una responsabilidad que no me tocaba. -Con Padre has hecho lo mismo, te has pasado la vida pensando que tampoco te quería. En realidad, ¿aun sigues creyendo que nadie te quiere?- silencio -Está bien, acepto tu silencio como confirmación de mis sospechas.- Estaba consiguiendo sacarme de quicio.

Hay quien dice que la vida es sencillamente bonita de vivir. Se trata de una oportunidad para entregarnos a los demás, para dar todo el amor que tenemos dentro.

-¿Necesitas ayuda?- Sus manos me sujetaban fuertemente y me traían de vuelta a la realidad.
-¿Cuánto tiempo he dormido?
-Eso no importa... lo importante es que has despertado. Bienvenida de nuevo a la vida.- clavaba sus ojos de cristalino verde en una mirada de paz y confianza que me llenaban de calor.
-Me alegro de volver a verte. Te he añorado en mi ausencia...

Sonrió y me bastó para saber que todo había cambiado... Empezaba una nueva vida.

lunes, 29 de junio de 2009

¿R?

punto raya -un pájaro-
cruz círculo -un abeto-
punto cruz -un pájaro-

- Seeeeeñorrrrrrr R. (eeeeeeeeeeeeeeeeeeeee)...
- Ohhhhheeeeeeeeohhhhhhhh...

La granja estaba revolucionada. Hoy era un gran día. La mamá granjera les había traído una buena nueva: el señor R. se iba a incorporar en aquella esplendorosa granja.

El señor R. era un pollito la mar de amarillo. Todo el mundo decía y sabía que de mayor sería una clueca y estupenda gallina. Un gallo no...

El señor R. se mostraba nervioso ante la expectativa de formar parte de aquella granja la cual tenía un nombre curioso, abarrotado de alemanes espárragos. Nunca nadie acabó de entender semejante tontería pero a la mamá granjera le importaba bien poco. Una combinación de blancos espárragos y llorosos dragones le pareció lo suficientemente atractivo como para iniciarse en el mundo de la granjería. Los caballos, los cerdos, las gallinas y demás enseres serían el complemento perfecto para un desbarajuste absoluto de ideas sin sentido.

- ¡Ah! ¡Cuán perfecto resulta uni(fica)r palabras aunque no mantengan ningún sentido semántico en su amplio conjunto!- decía a menudo el señor C.

...

Repito: El señor R. se mostraba nervioso ante la expectativa de formar parte de todo aquel mundo perfecto. Un mundo de palabras, de números, de lluvias. Las gotas lo acababan de llenar todo, especialmente las de Santa Coloma porque sabed que como las de Santa Coloma no hay ninguna. Repitan conmigo: nervioso ante la expectativa de formar parte.

Aprendida la lección, el telón cayó, el público aplaudió y...

¡¡Zas!!

triángulo círculo -un guión-
punto raya -un lápiz-
escribe... escribe... -un libro-

¿R?

viernes, 26 de junio de 2009

Nueve horas

- Toc, toc...

El reloj acaba de marcar las tres del mediodía. Hace 9 horas que te fuiste dejando este vacío de soledad en el piso. El aire se niega a entrar por la ventana, temeroso de perderse en la tristeza que me inunda. Me duele el pecho y mis ojos gritan el llanto de los últimos días. ¿Por qué te fuiste dejándolo todo tan seco de tu alegría?
¿Fue hoy? ¿Fue ayer? No recuerdo cuánto hace del ajetreo al retirar tu cuerpo yermo. ¿Vino alguien a visitarte? ¿A darme el pésame? No tengo conciencia de estas últimas horas y se me agolpan imágenes de gente, y tú estás en medio de todas ellas con tu sonrisa... con tu sonrisa...
¡Qué fácil lo hacías todo con solo tocarlo! Los problemas a tu lado nunca fueron tales. Impregnabas de sabiduría lo que mencionabas. ¡¡Qué lejos ha quedado todo aquello!! ¿Por qué? ¿Por qué te fuiste?

Pasarán los años pero nunca me acostumbraré a vivir sin ti y me imagino que todas y cada una de las mañanas seguiré viendo tu sonrisa a través del espejo del baño mientras lavo mis rojos ojos, dolidos de tu muerte.

- Creo que pican a la puerta...

miércoles, 10 de junio de 2009

Lejos del camino

A mi alrededor ya sólo queda silencio. Ni siquiera el eco de un tiempo mejor. Un absurdo y vacío silencio que me entristece y asusta a la vez. Me siento sola, me siento pequeña e insignificante. La mano de nuevo empuja mi espalda, me tira al suelo. Lloro y nadie me ve. Estoy rodeada de gente pero alguien bajó al mínimo el volumen del televisor y no oigo nada. Todo es secreto pues veo bocas que hablan. Soy invisible al mundo, incorpórea como un espíritu. ¿Estaré muerta? Nace una ansiedad en el estómago con forma de pelota de goma. Se me atasca en el cuello y no me deja gritar, no me deja pedir ayuda. Tanto da si nadie me ve ni me oye... ¡¡Qué tristeza!! ¡¡Qué vacío!! Y como duele...
Espero una mano, un hombro, una sonrisa... algo que me despierte de esta pesadilla. Algo que me permita decir "estoy a salvo". Espero acurrucada en mi cobijo, en mi rincón. Allí el silencio es aun mayor ya que ni siquiera el viento habla. Tengo miedo. No me atrevo a levantarme y dar el paso para (re)situarme en el camino. Las piernas me tiemblan, los brazos me tiemblan, la garganta me duele, y el corazón y la cabeza, lo sé, me odian. Intento cantar una canción para apagar ese silencio pero, al contrario, se hace aun más grande.

¿Dónde están todos?