No paraste de repetirme lo único que soy, y negaste querer seguir viéndome.
No paraste de repetirme lo importante que era en tu vida, y no tuviste ni un minuto para verme.
No paraste de repetirme lo que me querías, y ni siquiera me viste.
Invisible fuego que todo lo arrasa...
Caminos que se estrechan y ahogan.
Arroyos que braman con fuerza.
Amenazado quedo del hilo pendiente.
Lloro solo en mi habitación e imagino unos, tan solo unos, brazos que me acunan.
-Suéltame, me molestas...
-¿Es que acaso te molesta que no tenga tiempo para ti?
-No quiero volver a saber de ti en la vida.
-Necesito poder huir de ti...
Huir...
Un pasado que vuelve en forma de balón de fútbol.
Habitaciones gigantes donde me pierdo.
Un sofá roto donde duermo.
Y tan solo la esperanza de que el mundo deje de existir bajo mis pies.
Suspiro ingrato de vida muerta.