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viernes, 31 de julio de 2009

El sendero del lago

Las gotas caen sobre el lago dibujando círculos concéntricos que se repiten y extienden aquí y allá. Al otro lado, una fila de árboles controlan el paisaje. Detrás, las montañas escarchadas se ocultan en un leve manto de niebla.

No puedo evitar sentir cierta nostalgia al recordar aquel verano que sucedió hace ya... ¿cuánto hace? ¿Tres años? Quizás más...

El camino de piedras bajo mis pies emana un olor dulce a humedad. El prado tras de mí, me regala sabores inexpresables. ¡Qué cortas se quedan las palabras a veces para definir tanta belleza! El sendero se extiende a mi derecha y a mi izquierda, perdiéndose en sendos horizontes...

...

No recuerdo cómo llegué aquí. Sólo recuerdo el primer día en que me puse a caminar. Era un día de lluvia. No cogí el paraguas. Supongo que quería empaparme de las lágrimas del cielo.

- ¿Por qué lloras?
- ...

lunes, 27 de julio de 2009

Escritor anónimo

- Como si no estuviera, vamos... como si no estuviera...

El tiempo transcurría lejos de aquí y ahora. En la habitación el aire estaba viciado de calor. Fuera, tras los cristales de la ventana, la noche lucía sus galas más oscuras. De fondo, la música de un vecino en un sonido repetitivo.

- Como si no estuviera... Yo que dedico toda mi atención a escucharte.
- Vamos, cariño, sabes que tengo que escribir ahora o de lo contrario...

Desintegración, agarrotamientos, retortijones...

La dura vida de un escritor de renombre. ¡¡Qué feliz el anónimo!!

sábado, 25 de julio de 2009

Diez minutos

En diez minutos veo caer las hojas de los árboles. Es otoño en mi corazón. La reminiscencia del abrasador calor del verano queda patente en un abrir y cerrar de ojos. No puedo evitar sonreír ante el camino cubierto de hojas, los árboles coronando los flancos.
Respiro profundamente la brisa de la tarde y lleno los pulmones de aire limpio. Ayer te cogía de la mano, ayer. Hace escasos días aun nos permitíamos sentir, compartir latidos del corazón. No puedo evitar sonreír al llenar mi cabeza de estos recuerdos.
Cabizbaja y pensativa inicio mi nuevo camino. Me siento plena, me siento bien. Y escucho atentamente mi corazón. Creo oírle decir que también es feliz. ¿Es esto la felicidad? ¡¡Qué bello es el calor del otoño!! ¡¡Qué bello es vivir!!
Es otoño en mi corazón...

Segundo día de viaje

Transcurridos unos días de este nuevo viaje constato que la dificultad del camino es grande. A ratos me paro y me pregunto si estoy preparada para tan ardua tarea y admito que las dudas asaltan mi cabeza. A ratos mi corazón tira de mi cabeza en ánimos renovados. Alejo los miedos, alejo las dudas, y lleno los pulmones de la máxima tranquilidad que puedo absorber, cierro los ojos y visualizo mi meta. Allí está... Mis piernas vuelven a caminar solas y no puedo evitar derramar unas lágrimas.

"¿Dónde queda el autocontrol?". El eco de tus palabras aun resuena en mi memoria. Es probable que estuviera muy equivocada pero hoy sé dos cosas más que hace unos días: por un lado sé que "el error forma parte del aprendizaje"; por otro lado, que "es preciso equivocarse para acertar". Es probable que suene muy redundante pero estos dos disederatum contienen sutiles diferencias que se complementan y me llenan de paz conmigo misma.

Puestos a seguir indagando este camino, tres nuevos ítems cobran forma en mi cabeza:

El primero habla de la falta de fluidez o, lo que viene a ser lo mismo, de la lucha por el poder.
El segundo ítem va de la mano con mi falta de compromiso tanto conmigo misma como con el otro.
El tercero sería una gestión del control a través del miedo, o lo que es lo mismo, el chantaje emocional.

Estos tres ítems aconteces mecanismos reguladores a través de los cuales intento mantener un aparente equilibrio entre el yo y el otro. Quizás la forma y los medios con los que aplico estos mecanismos han acabado siendo desadaptativos...

Un instante

Ella era alta y esbelta. Su pelo, largo y las puntas en tirabuzones. Ojos castaños, mirada resoluta. Salía de la boca del metro en la última parada de la línea roja.
Él era alto y corpulento. Cabello corto, de corte clásico. Sus ojos eran castaños y la mirada perdida. Estaba sentado en la barandilla del metro.
Cruzaron sus miradas, intercambiaron una sonrisa.
Ella continuó su camino y él siguió esperando.

jueves, 23 de julio de 2009

Ayer

Entiéndeme...

21 de julio de 2009
11:00 a.m.


La noche guarda su silencio; el aire cesa su baile; i el cielo se cubre de un manto de nubes que ocultan todas las estrellas, excepto tres. Sólo el eco de un beso al final del patio oscuro rasga este silencio. Y la noche sangra...


Las notas irrumpen en las paredes del olvido, arremolinándose en rededor mío y buscando, quizás, un respiro. Y los caballeros montados en sus negros corceles pasan cual sombras en la noche.

Hilos de plata brillan en las faldas de las frías montañas. Arrastro paso tras paso. ¿De dónde sale esta claridad? ¿De dónde esta calidez? La batalla cesa en mi corazón el choque de las armas. Y el valle caído recobra vida en los muertos que yacen.
Sol en la noche. Música en el silencio. Tu cuerpo sonríe y me mira. Tus ojos clavados en mis recuerdos. ¡Tiempo ha!

Empuño mi espada. El yelmo cubre las lágrimas que se mezclan con el sudor de mi frente. El sol de la noche brilla en el filo que se alza sobre mi cabeza. Me miras... te miro...

Christine...

Tus últimas palabras de despedida antes de perecer. Tendida en el suelo, mi espada en tu pecho clavada. Al fin te encontré, al fin pude darte muerte.

Bienvenida al ayer, Christine.

miércoles, 22 de julio de 2009

Pregúntale al destino

Todo está conectado.
Pensaba que no, pero todo lo está.
Los ríos con los mares. Los mares con la lluvia. La lluvia con los ríos.
Todo está conectado.
Mentes que están conectadas.
Corazones que están conectados.
Todo está conectado.
… y por si fuera poco el destino tiene memoria…

Mi último Apocalipsis llegó tras nueve meses respecto a su predecesor. Yo me sentí muy afortunado porque generalmente era cada seis meses cuando regresaba. Pensé en su momento que tal vez mi vida estaba cambiando. Que por fin mi historia se había reescrito y me dirigía hacia un punto más cálido.
No podía estar más equivocado.

…Todo está conectado… y el destino tiene memoria….

Por eso el nuevo Apocalipsis ha golpeado más fuerte que nunca y con tan solo tres meses de diferencia con el anterior.
El destino se compensa….
Está vez ni lo vi venir. Por norma general, hay presagios. Situaciones profetizadas se cumplen. Pero esta vez no ha habido nada de nada.
El destino es caprichoso, que gran verdad.
Así sin imaginarlo, las fauces del abismo se han cernido sobre mí.
Otra vez.
Está vez son diferentes.
Nunca antes había podido ver los incisivos dientes de la bestia. Sus ojos amarillos me observan y no me dejan respirar. Trato de cerrar mis ojos. Trato de transportarme al mundo de los sueños donde puedo ser feliz. Pero todo eso me lo ha arrebatado.
Ya no sueño.
No vale la pena.
Voy a caer.
El destino quiere que caiga.
Sino no tiene sentido que una y otra vez me ataque y trate de derribarme.
Quiere hundirme…y está a punto de conseguirlo.

Yo solo quiero ser feliz…
Ni siquiera ser completamente feliz…
Me conformo con una falsa sensación de felicidad…

¿No basta con la soledad?
¿No basta con el vacío?

¿Por qué el destino quiere que me hunda más?

No soy perfecto…pero soy bueno…

No lo comprendo…

R.

lunes, 20 de julio de 2009

Quizás...

Me ahogo en un pozo sin salida. Alguien le ha puesto la tapa allá arriba. Oscuridad infinita, siempre mía. Intento huir pero las fuerzas no son suficientes, como nunca. Siento el vértigo de la eternidad en mis carnes. Cesa el ruido ahí fuera, lejos, bien lejos; ni siquiera el viento sopla. ¿Puedo sentarme a esperar que alguien me saque de este pozo nauseabundo? Quizás tampoco... quizás...

¿Dónde has estado todo este tiempo? ¿Qué has hecho?

Silencio...

...

Quedan tan pocas palabras por decirse... No importa, reúno fuerzas para esperar y seguir esperando. Quizás tampoco... quizás...

...

¿Quién es Christine?

domingo, 19 de julio de 2009

Vuelvo a soñar

Porque a nadie le sobran...
...lo besos que a mi me faltan...

No siempre dos y dos son cuatro; las matemáticas en la vida real no son exactas. La lluvia no siempre cae. Y el sol no siempre se pone por el oeste. De tanto en tanto mi corazón deja de palpitar y no perezco. Ayer me borraba para hoy volver a dibujarme. Se cierra una puerta y se abre el balcón: lo importante es que el aire circule. Quizás tampoco... quizás...

Pasamos en esta vida nuestros días, minuto a minuto. Nos llenamos el tiempo de cosas por hacer; deudas con nosotros mismos, deudas con los demás, deudas con el de más allá. Dejamos que los días circulen a gran velocidad. Y de repente un día te paras, miras a tu alrededor y ya no sabes ni donde estás, ni quien eres, ni con quien estás. Tu cabeza de repente se asusta y en compensación te hincha a preguntas para las que no tienes respuesta.

Ahí estás sentada en tu silla, mirándome con severidad. Soy consciente de que me vas a echar una bronca que tardaré en olvidar y agacho la cabeza no sé bien bien si para oírte mejor o para esconder las lágrimas que ya me brotan. Eso sí, te escucho atentamente y mi corazón asiente con cada reprimenda. No puedes tener más razón. Intento interiorizar la lección aunque dudo de si pasados unos días continuaré en la misma dinámica de siempre. ¿Es difícil dejar de ser tú?

Nudos que oprimen, pasados que se esconden, dedos, miradas... ¡¡Basta!! Quiero que cada diminuto salga de mi cabeza, que las canciones en el eco cesen. ¡¡Fuera, fuera!! Que desaparezcan todas las palabras y sólo queden tus ojos. No necesito más del resto del mundo...

¿Quién es Christine?
Vuelvo a soñar.

La amargura de las relaciones

Hacía tiempo que no tenia que tomar una decisión tan difícil.
La vida no había sido sencilla hasta este momento.
Pero una decisión como la que tenia que tomar puede acabar de volverte loco.

Dos. Son dos.
Y las adoro a ambas.
Una es muy suave. Tal vez un poco floja. Le falta un poco de cuerpo pero cuando se posa en mi boca... un mar de sensaciones y recuerdos me invaden. Me ha hecho pasar tan buenos ratos...Solo puedo decir que congeniamos.
La otra es más fuerte. Seria justo decir que cada vez que ceno con ella, luego no puedo pegar ojo. Me mantiene despierto toda la noche. Casi es insaciable. Siempre acaba un poquito más de ella en mi boca. Aun cuando cierro un poco el ojo, vuelve a mi y su gusto se cierne sobre mis labios una y otra vez.

Ellas dos, me vuelven loco.
Las adoro.
¿Por qué debo escoger solo a una?
¿Por qué no podemos estar los tres juntos a la vez?

Lo sé.
La gente cree que es raro, que no es natural. Que con solo una debería tener suficiente. Pero no es así.
Las quiero a las dos.
Me consume por dentro.
No puedo hablarlo abiertamente con nadie. Pensarían que estoy loco. Yo creo que estoy loco.
...
Pero debo tomar una decisión. No es sano para mi estar con las dos...


Está bien.
Está decidido.
Hoy me haré salsa de queso con la cena.
Dejaremos el curry para otra ocasión.


R.

Anhelos oníricos

Solía soñar.
Solía soñar mucho.
Me evadía de un mundo que no me reconoce.
Me trasladaba a un mundo...mejor.
Lo hacia constantemente en un desesperado intento de sentir algo de calidez, algo de felicidad.
Pero ya no sueño.
La comparación entre mis sueños y el mundo real es demasiado abrumadora.
Soy feliz.
Abro los ojos.
La bofetada de realidad a mi alrededor causa demasiado daño en mi ya maltrecha alma.
Ya no sueño.
Así la soledad no me engaña.
Así la soledad no me miente.
Así....sigo...solo...

Porque a nadie le sobran...
...lo besos que a mi me faltan...

R.

viernes, 17 de julio de 2009

Los pedacitos del silencio

Día tras día repaso mi vida en silencio.
Día tras día revivo momentos felices, momentos tristes. Arremolinado en mi albornoz, pienso...pienso...pienso...
Día tras día vivo.
Una existencia banal, aburrida.
Pienso...pienso...
Recuerdos de besos...
Recuerdos de caricias...
Día tras día muero.
Sentado en mi albornoz el agua recorre mis mejillas. No son los vestigios de una reciente ducha. Lágrimas que me inundan. Lágrimas que me ahogan.
No estoy donde debería estar.
No soy quien debería ser.
No soy yo.
Hace tiempo que dejé de serlo.
Me busco.
Trato de encontrarme pero no es fácil.
Día tras días vivo...

Y si todo va tan bien...
Si todo va tan bien...
Porque este dolor que siento...

Y si todo va tan bien...
Si todo es tan sencillo...
Porque este vacío que siento...

Si está bien...
Si está bien...
Si es tan fácil...
Porque duele así por dentro...

Si está bien...
Si está bien...
Si es tan fácil...
Porque duele así por dentro...

Pedazos de silencio que me provocan mil sensaciones. Por encima de ellas...

jueves, 16 de julio de 2009

An angel...

No dejas de sorprenderme. Un día te estás yendo y cuando menos lo espero reapareces como un fantasma en la noche para recordarme que me quieres y para tenderme una mano. Pones patas arriba mis sensaciones y me obligas a dejar de estar enfadada si es que aun lo estaba. Me arrancas una sonrisa desde lo más profundo de mi ser y siento que me miras con todo el cariño que tú sabes tener. Te siento cerca, ángel, te siento tan cerca...
Eres un ser especial, lo sabes. Sé que lo sabes. Eres un ser tocado de la gracia divina, con tus particularidades mortales. Una vez te fuiste de mi vida, pero toca recordar que esta vez no es aquella vez y que quisiera sentirte siempre tan cerca aun en la distancia que nos separa. Como cuando éramos uno, como cuando éramos tú y yo. Siempre estarás en mi corazón sea quien quiera que sea yo y con quien esté. Te quiero.

Christine

Vuela alta la blanca paloma. El corazón se detiene un instante aguardando un suspiro. Es hermosa su mirada, cálida...
Bajo la cabeza y vuelvo a mirar la encrucijada... Hacia la derecha todo lo conocido, el ayer, el hoy... allí estás tú y estoy yo. Hacia la izquierda todo lo nuevo, el mañana... allí está ella.
No puedo evitar su mirada reclamándome... ¿por qué ahora?

¿Christine?

El asesinato

La mecedora sigue balanceándose de lado a lado, incansable y solitaria. El fuego de la chimenea sigue crepitando al tiempo que calienta los corazones helados. La radio de fondo consume la monotonía de la estancia. Huele a añejo. Huele a catástrofe.

Las fotos se alinean sobre la repisa desvencijada. El polvo se acumula sobre los jarrones. La televisión resta en un silencio profundo. Las ventanas impiden el ruido de la calle. Las cortinas han caído al suelo. Sangre.

Los cajones han sido profanados y no queda ningún papel dentro. Encima de la mesa una nota: "muerte". Las muñecas ya han dejado de sonreír y se amontonan sobre la cama deshecha. Sudor.

La casa está vacía...
...y las niñas siguen saltando a la comba en el parque.

miércoles, 15 de julio de 2009

En la mañana

Nace el sol de la mañana y sus rayos alcanzan la alcoba cubriendo de luz donde antes hubiera oscuridad.
Abro los ojos en el reclamo del nuevo día y miro a mi lado. Ahí estás tú, mirándome. Siento la fuerza del cariño y sonrío mientras con mi mano busco la tuya. Se entrecruzan nuestros dedos y nuestros corazones bailan juntos.

Entre paredes de blanco algodón, bajo los cristales rotos de la lámpara, hacemos el amor. El mundo respira más lentamente entre nuestra mirada compartida. Las gotas de sudor empañan las sábanas y las almohadas caen una encima de la otra por el borde de la cama.

Abro los ojos en el reclamo del nuevo día y miro a mi lado. Ya no estás...

- ¿Un té?

Sonrío.

Palabras desconocidas

Mi querido Jesu...

Las olas van hacia tu ventana; huele a sal del profundo océano.
La sabiduría que encierran las palabras tan sólo la conocemos tú y yo, y alguno más que otro.
Puerta bajo llave cerrada; ¡aún te la tirarán abajo!
Balcón de tu corazón desnudo... quizás el pirata malvado o quizás el león pérfido.
Gañán...

Para ti, hoy huele a horizonte de elefantes ;)

¡¡Muuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!

martes, 14 de julio de 2009

Primer día de viaje

"M'he fet amiga del dolor. Ja no m'espanta, ni m'enfada, ni em deprimeix; he après a acceptar-lo com una cosa més de la vida. Vol temps i llàgrimes, però quan hi arribes, la sensació de pau és infinita."
Anónimo
Delante de mí se abre un camino que quiero recorrer. Me he atrevido a dar los dos o tres primeros pasos. Quiero serenidad y sé que está al final de este camino. El simple hecho de visualizarla ya hace que me sienta más serena. A ratos, no obstante, me abrumo ante la incertidumbre que se esconde tras la primera curva.
Tras de mí queda la marea que se revuelve sobre sí misma. Delante... ¿quién sabe? Toca arriesgarse, ese es el pacto. Doy dos pasos más hacia adelante para afianzar mi elección. No negaré que siento miedo, pero una de las cosas con la que me quedé fue el valor. Aprieto puños y dientes, doy tres pasos más. Conciencia sobre conciencia; valor sobre el miedo.
Entre tanto, pienso más allá, intentando escudriñar mi próximo recodo. ¿Cuáles son las limitaciones que he de superar para avanzar en este camino? Tiempo sobre tiempo...
Mi primera parada en el camino hacia la serenidad: la desconfianza.

Kassia

¿Dónde estoy?

Paro un momento y me miro en el espejo de mi corazón. Veo lo que se supone es mi reflejo. ¿Me reconozco? A ratos dudo. Rebobino atrás en el tiempo y me pregunto si era esto lo que en aquel momento decidí que quería para mí. La respuesta suena clara y contundente en mi cabeza: no. ¿Qué es lo que ha fallado en el camino? ¿Cuándo me desvié? ¿Hacia dónde estoy yendo? ¿Quiero seguir adelante? ¿Mejor retroceder?
Analizo las posibilidades y las posibles consecuencias. Finalmente decido retroceder y para ello apuesto por una lista de cosas que ya no quiero conmigo y otra lista de las cosas que quiero seguir manteniendo.
¿Qué quiero conmigo? Quiero la seguridad que me brindan los días en calma, quiero el librepensamiento autocrítico, quiero el valor y la fuerza que me hacen levantarme del suelo tantas veces, quiero seguir sintiendo lo que sucede a mi alrededor, quiero seguir comprendiendo, quiero seguir amando incondicionalmente a mi gente, quiero seguir atreviéndome a caminar, quiero seguir siendo auténtica, quiero seguir intuyendo...
¿Qué no quiero conmigo? Dejo atrás el descontrol, la desconfianza y el sufrimiento. Dejo atrás el secuestro emocional, las reacciones y el egoísmo. Dejo atrás la incomprensión producto de la ofuscación. Dejo atrás el orgullo que me obliga a darme la espalda a mí misma, a dejar de ser yo. Dejo atrás la rabia contenida, los recuerdos cargados de negatividad, las pesadillas del pasado. Dejo atrás la venganza y la amargura. Dejo atrás las lágrimas que penden de todo lo anterior...

De repente ya sé a donde voy.
Quiero serenidad.

Kassia

Quemando recuerdos


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Luces viejas, nuevos colores. Tu cuadro pende en la noche.
¿Es este el momento correcto de liberar a alguien y marcharse?
En el vacío que dejaste, iré, vendré...
Seguramente me borrarás de tu memoria.

¿Qué nos ha de reemplazar? ¿Qué ocupará nuestro recuerdo?
Impresiones de segunda mano.
La entrega del permiso a morir.

***

Recuerden, recuerden, este trece de julio.
Conspiración, pólvora y traición.
No veo la demora y siempre es la hora para evocarla sin dilación.

Miro atrás en el tiempo, el tren hace tiempo ya marchó. Bajaste en mi parada porque decías que querías conocer el campo de mi ciudad. Se abrieron las ventanas y el viento se arremolinó en mi corazón. Mano sobre mano, un único camino.
¿Viste? La piedra colmó el vaso, rompió el lazo. Nado lejos a tu lado.
Las cadenas del pasado tiran de nuestros pies. Caemos en el pozo, me pierdo, te pierdes.
¿Dónde estás? Siento miedo. Es hora del ayer.

Recuerden, recuerden, este trece de julio.

***

Viejas luces, nuevos colores.
Esta vez es la buena.
El vacío quedó atrás.

Seguramente...

lunes, 13 de julio de 2009

Ansiedad

Nudo sobre nudo en los intestinos. Paredes del estómago que se contraen hasta causar un dolor audible. Un corazón se desgarra; un niño llora en la noche oscura. El puño se cierra sobre la garganta y oprime hasta consumir el aire de los pulmones. Las manos lloran gotas de sudor. Los pies desaparecen y dejan al mundo flotando. Ser imperecedero sometido a las inclemencias del pasar del tiempo. Los clavos aprietan las extremidades. Sangre, dolor, asfixia. Duele el alma, duele el cuerpo. Las pupilas se dilatan hasta cubrir el mundo de un manto borroso. El cielo clama, la tierra llora.


Y el tren se detiene y se apea la esperanza.

domingo, 12 de julio de 2009

Escultura - esbozo

Paredes en café con leche, lisas y acolchadas de terciopleno fino.
Esmeraldas de un verde suave engarzadas en diamantes suavizados de las caricias del mar.
Brisa suave que me trae el aroma de un bosque húmedo de intensidad y belleza infinitas.

Te miro fijamente y me pierdo en un océano de corales. Los peces me hacen cosquillas en los pies y no puedo evitar sonreír. La paz de tu mirada acaricia mi corazón y no puedo evitar emocionarme ante tal belleza. Cada pestañeo es un suspiro en mi alma. Vuelves a mirarme.

Me tomo el primer té de la mañana y miro los balcones alineados al otro lado de mi ventana. Escudriño por una rendija al vecino y noto que escudriña por su rendija a su vecina de enfrente. No puedo evitar pensar en ti y me río. Tu bañador aun vuela sobre el aire de la gran ciudad.

¡¡Qué difícil es esculpir con la palabra!!
Hoy huele a lila...

jueves, 9 de julio de 2009

Rojo intenso

¿Cuántos granos de arena en un desierto? Una roca inmensa separa nuestros caminos.
Hoy el cielo está azul como tus ojos. Los rayos del nuevo sol simulan tu pelo dorado.
Los columpios quedan quietos ante la suave brisa de este verano inminente.

En medio del cemento nace un arco iris de siete colores extraños: violeta, amarillo, marrón, violeta, amarillo, rojo intenso como el carmesí de mis labios.

¿Cuántas notas musicales en el aire? El carpintero re-pica en la roca y dibuja tu nombre.
Hoy la nieve se ha derretido. Cubre la plata las montañas de nuestro horizonte.
Las olas del mar a mi derecha chocan contra el vacío entre los granos de arena del desierto.

En medio del cemento nace un arco iris de siete colores extraños: violeta, amarillo, marrón, violeta, amarillo, rojo intenso como el carmesí de mis labios.

Se dibuja un beso en la nube. Se dibuja una sonrisa en mi mente enferma. Te anhelo, te añoro mientras reposo entre tus brazos. Hace ya tres años que marchaste y hasta ahora no ha llegado el verano. ¡¡Oh, verano!! Quisiera rociarme de tu cálida brisa toda la vida...
Se dibujan tus ojos en el firmamento de la noche. Recuerdos en mi corazón, recuerdos que entorpecen el paso del tiempo. Fotos sobre fotos, paredes que se derrotan a sí mismas. ¡¡Oh, verano!! Rocíame de tu calor turbio... rocíame, rocíame... y no vuelvas a marcharte.

En medio del cemento nace un arco iris de siete colores extraños: violeta, amarillo, marrón, violeta, amarillo, rojo intenso como el carmesí de mis labios.

¿Cuántas veces?

On vaig?

El món s'ha quedat congelat en una imatge grotesca. Tot és quietud, encara que quietud inquietant com aquella calma que precedeix la tempesta. Suposo que hauria de sentir por però, per contra, el meu cor batega normalment. L'intercanvi entre el món interior i l'exterior està ple de contradiccions.
No se sent el trànsit de la ciutat, la gent aguanta gestos i postures incòmodes, ridícules, tenses... -tot plegat no trobo la diferència amb el món en moviment-. Els arbres i el vent han deixat de moure's. I jo, enmig d'aquella paràlisi, camino, contemplo, i no puc evitar somriure'm. Què serà de nosaltres?

Temps per tenir temps. Vida per no viure. Mort propera que mai arriba. Puc sentir el soroll del silenci. Escales que pugen i ara baixen. Cel en moviment que ja no canvia. Segons que duren minuts, minuts que duren hores... i llums eternament encenent-se, que no enceses. L'amor s'atura, s'instaura en algun lloc i resta en el mateix silenci que l'envolta. M'omplo de tota aquesta buidor...

I de cop tot cobra vida i el món torna a respirar i al seu frenesí, per un moment, cessant.

domingo, 5 de julio de 2009

Palabras del destino

En una remota ciudad, de un remoto país, de un remoto mundo, vivía uno de los seres más perezosos que jamás han existido o existirán.
Se trataba de un personaje curioso. Era trabajador como pocos, realmente trabajador. Pero en el resto de los aspectos de su vida la pereza le invadía hasta ahogar cualquier rescoldo de hacer nada. Y era comprensible. Era un teórico de la filosofía aplicada a los campos gravitacionales estacionales de las lunas magnéticas de los discos de Izara. Esto suponía pensar, pensar y volver a pensar.
Tanto era así que en sus momentos de ocio aborrecía hasta pensar que hacer.
Y eso era un problema.
Pese a ser tan perezoso el hecho de ser a su vez tan trabajador le provocaba mucho estrés. Necesitaba una vía de escape...pero entonces se ponía a pensar y...perdía cualquier gana de hacer cualquier cosa.
Fueron pasando los días, las semanas, los meses, los años, las décadas, los milenios...y su pereza aumentaba junto con su estrés.
Llegó a estar tan estresado que realizando un trabajo titánico, tratando de evitar la pereza y la desidia, ideó como sacar su estrés fuera de su cuerpo.
Tuvo una gran idea. Dado que cada vez que pensaba algo acababa por desecharlo por el mero hecho de haber de pensarlo...decidió que otra cosa decidiera por él. De esta manera la pereza de pensar estaría neutralizada y podría entregarse a cualquier otra actividad sin desgaste neuronal.
Cogió un dado. Un dado cualquiera de seis caras como el que podemos encontrar en cualquiera de los planetas habitados con vida inteligente de las treinta y siete galaxias del universo Cask. Asignó a las caras del dado que contenían números, otras aplicaciones escogidas a su elección que pensó serian ideales.
Así fue como el 1 se convirtió en ver la tv; el 2 en leer; el 3 en sexo; el 4 en ir a un bar; el 5 en amar; y el 6 en ir a una sala de fiestas.
Cada vez que tiraba el dado aceptaba la resolución a seguir. Nunca se planteó volver a tirar el dado si no le convencía la decisión. Era cosa del destino. Si el destino quería que algo pasará el dado lo indicaba. Todo pasó a ser muy sencillo. Ya no pensó más cuando no debía y su vida fue feliz y larga.
Pero un día algo estremeció su mundo.
Tras un agotador día de trabajo donde resolvió el problema de la teoría de cuerdas aplicadas a los terrenos petrificados del mundo subyacente de los pusicorantes, alguien llamó a su puerta.
Se trataba de una hermosa hembra de su especie. La conocía. Secretamente la había deseado durante tanto tiempo que no sabía como reaccionar. Plantada frente su puerta le dijo:

-Quiero fusionarme contigo.

Él estaba tan acostumbrado a no pensar fuera del trabajo que no supo que hacer. Trataba de pensar en que decir, en que hacer, pero su cerebro estaba fuera de servicio.
Así que cogió el dado como solía hacer...y lo tiró...y lo tiró..y lo tiró...y lo tiró...y lo tiró y lo tiró...
Tras 57 lanzamientos el dado sacó un 3. Entonces paró de lanzarlo.
El destino había hablado.

sábado, 4 de julio de 2009

La ciudad sin nombre

El castillo hacía tiempo que estaba deshabitado, quizás siglos. En realidad aquel castillo fue construido en secreto lo cual no dejaba de ser curioso porque estaba en medio de toda una ciudad, en lo alto de un montículo. Desde cualquier punto en kilómetros a la redonda podía verse el castillo, enorme, gigante. Cómo se lo montaron para construirlo sin que nadie viera que se estaba construyendo constituía todo un misterio. Sea dicho de paso que era un misterio que la gente de la ciudad se enorgullecía de poseer. Al respecto se habían elaborado las más exquisitas historias y leyendas para el deleite de los turistas que pasaban por la zona.

La verdad es que el castillo no estaba del todo desolado pues el fantasmita Gerard rondaba entre sus gruesas paredes. Disfrutaba de su soledad en el epicentro del castillo, aunque de tanto en tanto tenía que hacer algún que otro esfuerzo por defender la paz y la tranquilidad de aquella soledad deseada. Al fantasmita Gerard, que le llegaban todas las historias sobre la construcción de su castillo, le fascinaba la capacidad creativa de los humanos. Eran seres curiosos para él aunque también había comprobado que no era prudente estar mucho tiempo cerca de ellos. A menudo tenían manías extrañas que le provocaban al fantasmita Gerard mucho miedo: se pegaban entre ellos, se chillaban, se hacían daño, se odiaban...

De entre todos los pobladores de la ciudad, Anita era la única que sabía de la existencia del fantasmita Gerard. Lo había visto en numerosas ocasiones envuelto en su sábana blanca, dando tumbos alrededor del epicentro del castillo. El fantasmita Gerard, por supuesto, no sabía de la existencia de su espía pues era bien diminuta y su sigilosidad no tenía precio.
Anita era una niña de seis años, espabilada para su edad, con el cabello completamente dorado y los ojos color aceituna. Su piel era blanca y pálida pues padecía una enfermedad de nacimiento que la consumía día tras día. Anita, no obstante a su enfermedad, gozaba de un excelente sentido del humor, era optimista y disfrutaba de las pequeñas cosas de la vida. Con sólo seis años se maravillaba de la existencia de una flor en medio del cemento de las calles. Tenía una paciencia infinita que entrenaba contemplando el arduo trabajo de las hormiguitas que recorrían los pinares cerca de su casa. Muchas veces se olvidaba de comer incluso absorta en estas pequeñas trabajadoras incansables.

Juanchi quizás era la hormiguita más vaga de todas. Conocedor del código había desarrollado toda una teoría del porqué las hormiguitas no debían trabajar tanto y requerían de unos bienmerecidos descansos cada cinco minutos. Juanchi creía que no todas las hormigas estaban hechas para trabajar y que unas pocas de ellas, y en eso era contundente y vehemente, estaban destinadas a cometidos de más alto nivel. Confiaba que algún día el resto de sus compañeras entendieran que necesitaban ser dirigidas por alguien inteligente, con grandes dotes organizativos y productivos para hacer que todo aquel trabajo hasta la fecha descontrolado diera mayores beneficios para todos. Por supuesto, todas tenían que entender que ese esfuerzo directivo requería de unos diezmos importantes para que las ideas y el buenpensar no se le acabaran a Juanchi. Y es que Juanchi era indiscutiblemente la más inteligente y organizativa de las hormiguitas, al menos en su propia opinión.

Luisito era vecino de Anita. Se maravillaba con la piel pálida de su diminuta vecina. Se maravillaba con el quehacer ininterrumpido de las veneradas hormiguitas. Y se maravillaba de las historias que los ciudadanos de aquella ciudad sin nombre habían construido sobre el castillo. Pero con lo que más se maravillaba Luisito era con las arrugas en la piel de su abuela. ¿De dónde habrían salido aquellos pliegues?
Luisito tenía 5 años y era tanto o más espabilado que Anita. También estaba enfermo aunque sus ánimos no eran tan positivos como los de su vecinita. Luisito tenía miedo porque una vez el vagabundo de la ciudad le explicó que la muerte era algo feo, consistente en un recinto lleno en llamas, con diablillos corriendo de un lado para otro y pinchando en los culetes de los niños con sus tridentes afilados; de fondo voces eternas que chillaban piedad, calderas con los restos de niños como Luisito y Anita. Por más la vecinita y la abuela de Luisito insistieron en quitarle tales ideas, tanto más se aferraba a su miedo.

En el infierno, no obstante, disponía el diablo toda su tristeza. Había hecho innumerables esfuerzos por crear un sitio cálido donde los recién llegados se encontraran como en casa. Pero algún ángel traidor le había osado robar las nubes y llevárselas arriba, bien lejos. A sus oídos llegaban toda suerte de historias que hablaban mal de él. Diablo era un ser bondadoso, con una gran capacidad para amar. Había sido creado para enseñar a los humanos el amor, el cariño, la bondad. Pero los humanos le habían dado la espalda a instancias de su propio creador quien empezó a tener miedo cuando vio la belleza de su creación, de las capacidades de ese amor que le había dotado. Creador temió y mandó robar todas las nubes del infierno para subirlas a sus aposentos. Y es que de las nubes pendían los hilos de amor que nutrían a Diablo.
Desnutrido, Diablo tenía siempre el semblante triste, sumido en una melancolía eterna y por más que los ya residentes del infierno intentaran animarle, hacía tiempo que había desistido de su voluntad educativa para con los humanos. Es así que día tras día los pobladores de la tierra se perdían más, lejos del amor, lejos de la bondad, lejos de la verdad de la vida.

¡¡Pobres humanos!!

jueves, 2 de julio de 2009

La capseta

-Pss... pss... Gira't!! Eh, tu!! Gira't!!- quins ulls!! -La capseta... a sota del teu seient. Sí, sí... a sota... hi ha una capseta. Se m'ha caigut...- quin somriure!! -Moltes gràcies!!- quines mans!!

Portava tres anys voltant per la ciutat i ja havia après l'idioma. Era un fet curiós perquè sovint els idiomes li costaven força. Potser allò que més li va costar adaptar-se fou el fet que tothom era reservat en aquesta ciutat. Venia d'un poble llunyà però on la gent era molt propera. No entenia com podia ser que ningú es relacionés amb ningú en creuar-se per carrer. Que les mares i els pares que acompanyaven els fills al parc no xerressin amb les altres mares i els altres pares al parc. No entenia que els més vells de la ciutat fossin reclutats en uns edificis específics per a ells. Tampoc que els nens es passessin hores i més hores fent activitats un cop acabades les classes. Per què ningú es relacionava amb ningú? Quina era la por de tothom?

-Has vingut sol a veure la pel·lícula?... (...) Bé, jo he vingut sola i potser podria seure al teu costat per tal de comentar-la. Bé... no em malinterpretis... vull dir... que... es tractaria només de... (...) Oh!! Tens raó!! Ja m'estic justificant!! Potser des que vaig arribar a la ciutat... és estranya... hi ha coses que no entenc. La gent... (...) És clar, sec al teu costat!! Per què no?

La pel·lícula feia estona que havia començat però jo feia estona que no feia cas de la pel·lícula. El cor m'anava a cent per hora perquè ell no deixava de mirar-me de reüll. Fingíem seguir la pel·lícula... Quina gent més estranya la d'aquesta ciutat!! Ningú parla del que sent... Vull dir... ningú es parla!!

-Sí, sembla interessant aquesta pel·lícula... em recorda aquella... mmm... Com es deia? Sí... aquella que...- què? -que... hi havia una noia que...- què? -Saps? (...) És clar que no!! Si encara no t'he dit el títol!! Per cert, t'he donat les gràcies per recuperar la meva capseta? És molt important per mi aquesta capseta doncs a dins duc el meu grapadet d'esperança...

L'esperança de trobar-te...

La creación

Inspiro


Noto como el aire entra por los orificios de mi nariz; resbala entre las paredes de las mismas, de la traquea; hincha mis pulmones; baña mi vientre.


Expiro


El aire recorre el camino inverso de entrada. Sube... sube... sube...


Mis músculos se relajan.


Inspiro


Una nueva nota de aire cubre el recorrido, juega en mi interior, me llena de vida.


Expiro


El aire se lleva las últimas gotas de tensión, sumergiéndome en una paz interna, profunda.


Tranquilidad, armonía.


***


- Tengo miedo, querida, porque me siento muy a gusto. Cuando has vivido tantas cosas y de repente alguien te trata bien...

Risitas de complicidad.

- De eso se trata en la vida. Si con alguien estás a gusto, te proporciona paz y tranquilidad... aprovéchalo. ¿Por qué no? Te lo dije una vez, en esta vida no necesitamos personas que nos añadan más tensiones. Aprovecha esta oportunidad de compartir un tiempo y un espacio.


Tengo miedo, tengo pánico; pero quiero seguir compartiendo respiraciones.


Inspirar...

...

Expirar...


Un sofá, un encuentro, un comienzo. Sin obligaciones, sin tensiones. Paralelos al mundo sin perderlo de vista. ¡¡Qué maravilloso poder pisar la tierra y disfrutar del cielo!!