Ella era alta y esbelta. Su pelo, largo y las puntas en tirabuzones. Ojos castaños, mirada resoluta. Salía de la boca del metro en la última parada de la línea roja.
Él era alto y corpulento. Cabello corto, de corte clásico. Sus ojos eran castaños y la mirada perdida. Estaba sentado en la barandilla del metro.
Cruzaron sus miradas, intercambiaron una sonrisa.
Ella continuó su camino y él siguió esperando.
Él era alto y corpulento. Cabello corto, de corte clásico. Sus ojos eran castaños y la mirada perdida. Estaba sentado en la barandilla del metro.
Cruzaron sus miradas, intercambiaron una sonrisa.
Ella continuó su camino y él siguió esperando.
¡Cuántas de esas se intercambian a diario! La gran mayoria como mucho sólo siembran una duda "¿...y sí?"
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