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lunes, 27 de julio de 2009

Escritor anónimo

- Como si no estuviera, vamos... como si no estuviera...

El tiempo transcurría lejos de aquí y ahora. En la habitación el aire estaba viciado de calor. Fuera, tras los cristales de la ventana, la noche lucía sus galas más oscuras. De fondo, la música de un vecino en un sonido repetitivo.

- Como si no estuviera... Yo que dedico toda mi atención a escucharte.
- Vamos, cariño, sabes que tengo que escribir ahora o de lo contrario...

Desintegración, agarrotamientos, retortijones...

La dura vida de un escritor de renombre. ¡¡Qué feliz el anónimo!!

1 comentario:

  1. Nada como la libertad e impunidad que da el anónimato. Sin limites, cuidados ni preocupaciones.

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