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domingo, 12 de julio de 2009

Escultura - esbozo

Paredes en café con leche, lisas y acolchadas de terciopleno fino.
Esmeraldas de un verde suave engarzadas en diamantes suavizados de las caricias del mar.
Brisa suave que me trae el aroma de un bosque húmedo de intensidad y belleza infinitas.

Te miro fijamente y me pierdo en un océano de corales. Los peces me hacen cosquillas en los pies y no puedo evitar sonreír. La paz de tu mirada acaricia mi corazón y no puedo evitar emocionarme ante tal belleza. Cada pestañeo es un suspiro en mi alma. Vuelves a mirarme.

Me tomo el primer té de la mañana y miro los balcones alineados al otro lado de mi ventana. Escudriño por una rendija al vecino y noto que escudriña por su rendija a su vecina de enfrente. No puedo evitar pensar en ti y me río. Tu bañador aun vuela sobre el aire de la gran ciudad.

¡¡Qué difícil es esculpir con la palabra!!
Hoy huele a lila...

2 comentarios:

  1. Cabello de canela. Fino cual los hilos que tejen las arcángeles.
    Mirada capaz de detener el tiempo.
    Mejillas dulces como la miel.
    Labios valientes, poderosos.
    Cuerpo de ángel.
    Alma de diosa.

    Mil escultores podrían intentarlo durante siglos y no serian capaces de captar su esencia.
    ¡¡Qué difícil es esculpir con la palabra!!


    R.

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  2. Difícil, pero no imposible. La palabra esculpe dentro del que la lee u oye figuras invisibles de sentimientos que son generados de la nada o traidos del pasado.

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