Nube de etiquetas

domingo, 11 de diciembre de 2011

Con limón

Gata, gota, gueto, grita, gaita, gruta, grata, guita...
Grita, grita, grita, grita...
Gruta, ruta, puta, pata, pauta, pita, peta, rata..
Grita, grita, grita...
Rata, mata, mapa, capa, rapa, chapa, chata, cara...
Grita, grita...
Sola, con limón. Gracias.

lunes, 17 de octubre de 2011

La ciclicidad del existir

Ayer volví a recordar otrora en que tu compañía llenaba el aire de nuestro hogar. Ante mis ojos desfilan imágenes que retratan nuestras risas, nuestras conversaciones ahora largamente perdidas en el tiempo. Me preguntan si te echo de menos y vacilo por un instante. Mi corazón se para y deja paso al argumento de una mente intelectualizada. Y miento y me miento.
Y ahora que vuelvo a la conciencia de mi ser, te escribo palabras que nunca te llegarán para decirte que te quiero, que me faltas, que te echo de menos. Que tú siempre serás el maestro que me enseñó a tener curiosidad por la vida y por la muerte. Y aun hoy, en la distancia, me hablas con tu infinita paciencia de la ciclicidad del existir. ¡¡No dejas de sorprenderme!!

sábado, 3 de septiembre de 2011

¡¡Adéu Mercè, adiós!!

Després de compartir sentiments durant quatre anys, avui ja ens han comunicat que la Mercè, la dinamitzadora del grup de creixement, no tornarà. Ha volat a Dublin a provar sort i una nova vida. I li desitjo, perquè ens ha demostrat a tots els que la coneixem que és una professional d'una excel·lència inqüestionable.
Hoy el columpio se balancea solitario en un suave y armónico vaivén. El recuerdo de una melodía aun fresca en la memoria invade de calidez mi pecho. El eco de tus palabras aun resuena en mi alocado coco.

¿Qué son cuatro años en el devenir de toda una historia? Para muchos probablemente nada. Para mí, que te conozco, es mucho.

Amb tu, que he compartit deserts, mars i muntanyes, he recorregut un dels camins més bonics, únics, irrepetibles. A la vida dono gràcies per donar-me l'oportunitat de tenir una mestra que té tant per ensenyar. I a la vida dono gràcies per haver-me exprimit la teva saviesa tant com he pogut durant tot aquest temps. Ha estat un treball dur en el m'has ensenyat a forjar-me. Et dec tant...

Quizás te marchas lejos, pero sé que el columpio que empezó su movimiento ya no puede detenerse. Sé que la melodía seguirá sonando al compás del eco imperecedero de tus sabias palabras que un día me regalaste.

Sento tristor i alegria al mateix temps. ¡¡Qué encontrados sentimientos!! Per a tu un somriure salat per les llàgrimes...

Fins sempre Mercè.

***

Corro por los pasillos hasta llegar al aula. Siento que el corazón se me sale por la boca y los nervios, además, se apelotonan en mi estómago. Es mi primer día en esta escuela y siento vértigo: la duda del último momento me provoca cierta inseguridad; aquello que ayer veía tan claro, hoy no lo es tanto. Siento vergüenza y no puedo mirar a mis compañeros a los ojos. Me siento extraño en todo este vaivén de sentimientos encontrados.

-Bienvenido, Manolito. Toma asiento que estamos a punto de empezar.
-Sí, sí... eh... ¿aquí?- balbuceo sin levantar la mirada.
-Donde quieras Manolito; eres libre de sentarte donde gustes...

El rezagado del grupo hace su entrada triunfal justo cuando suena la campana de inicio. La profesora coge la tiza y se dispone a escribir algo en la pizarra. Tras reflexionar unos breves segundos garabatea rápidamente sobre el encerado y se gira dibujando una amplia sonrisa en su boca. Señala al tiempo que lee:

-Bienvenidos al primer día de vuestra vida.

viernes, 2 de septiembre de 2011

El patio

El patio está desierto, pues los niños ya están en sus rutinas en las aulas. El otoño proclama el frío inminente, barriendo con renovada fuerza las hojas del suelo. Y la fuente continua su incesante chorreteo, estancada el agua por las hojas acumuladas en el desagüe.
No... el patio no está solo. Una madre queda en la pared norte, junto a la puerta de acceso a la escuela. Con el gesto inmóvil y pálido, la mirada perdida hacia los grandes ventanales de las aulas que asoman al patio.
Su pequeño... su pequeño...
¿Cuánto tiempo ha pasado desde que lo dejara en aquella cesta a la puerta de unos desconocidos?

jueves, 1 de septiembre de 2011

CampoSanto: canciones de gesta

Te miro a través de la distancia y estás lejos...
No puedo vivir sin esperanza en el espejo...

Porque los sueños quedan donde nacen las historias.

Te hablo a través de las multitudes...
Te oigo decir que no quieres oír...

¿Por qué los sueños mueren donde nacen?

Si no estás tú,
con el gigante.
Dime quien será...
aquel que lo ha
...de guardar.

Si no estás tú,
en adelante.
Dime quien será...
aquella que ha
...de soñar.

El campo yace yermo en el tiempo. Redoblan las campanas ya lejanas. La sangre brota desde el cielo. Una cruz en medio del camino. CampoSanto, lejano. CampoSanto, devastado. CampoSanto, tu silencio han perturbado...

Fuera ayer cuando las espadas brindaban por la muerte. Fuera ayer cuando nuestras almas jugaban para verse. Fuera ayer cuando los hombres rescataban la paz eterna.
Todo murió, lejano quedó. Todo acabó, el tiempo lo olvidó...

Será mañana cuando se levante el cielo y aúllen los lobos hambrientos. Nuestro castillo, nuestro reino; fallecido nuestro eterno. ¿Dónde quedó la esperanza? ¿Dónde quedó el valor? ¿Dónde quedó la ilusión por un mundo mejor?

Te miro a través de la distancia y estás lejos...

Amén

lunes, 4 de abril de 2011

Suspiro ingrato de vida muerta

No paraste de repetirme lo único que soy, y negaste querer seguir viéndome.
No paraste de repetirme lo importante que era en tu vida, y no tuviste ni un minuto para verme.
No paraste de repetirme lo que me querías, y ni siquiera me viste.

Invisible fuego que todo lo arrasa...

Caminos que se estrechan y ahogan.
Arroyos que braman con fuerza.
Amenazado quedo del hilo pendiente.

Lloro solo en mi habitación e imagino unos, tan solo unos, brazos que me acunan.

-Suéltame, me molestas...
-¿Es que acaso te molesta que no tenga tiempo para ti?
-No quiero volver a saber de ti en la vida.
-Necesito poder huir de ti...

Huir...

Un pasado que vuelve en forma de balón de fútbol.
Habitaciones gigantes donde me pierdo.
Un sofá roto donde duermo.

Y tan solo la esperanza de que el mundo deje de existir bajo mis pies.

Suspiro ingrato de vida muerta.

La ciudad

Como otro día cualquiera cogí el lápiz y la regla e, inclinando mi cuerpo sobre la mesa, empecé a rasgar líneas sobre el papel de dibujo.
En pocos minutos ya había diseñado una nueva ciudad de blancos y altos edificios, simétricos e idénticos. El sol se colaba por las anchas avenidas con verdes ramblas centrales.
Orgullosa, alcé la lámina y contemplé maravillada la belleza de mi creación. Y así fue como unos breves segundos más tarde saltó de la lámina un habitante, seguido por otro, y otro, y otro, y otro...
La lámina de dibujo cada vez era más pesada, pues a los habitantes que empezaban a saltar y a pasear por las verdes avenidas les siguieron los coches, las motos y los camiones a escala.
El bullicio, el ruido, la multitud empezaron a cobrarse cara mi creación. Llenaron de humo el sol radiante, que se escondió permanentemente tras unas nubes ácidas.
¡Qué decir tiene la tristeza que me embargó saber mi arte tan profanado!
Como entonces en el pasado, volví a descubrir que es mejor jugar con las muñecas de trapo. Ellas nunca cobran vida si no es en una película de ficción.
- ¿Verdad, Shally? -le pregunté a la muñeca que reposaba sobre mi cama al tiempo que rompía en multitud de pedazos la lámina.
- Cierto, ama.

martes, 15 de marzo de 2011

Lluvia

Son las 15:00 horas de un martes lluvioso como otro cualquiera. Me encuentro a punto de entrar en la estación de Renfe de Concepción Arenal, Barcelona.

Disfruto de mi corto trayecto desde casa, respirando el aire embrutecido de la ciudad, al tiempo que observo las personas con las que me cruzo por la calle. Hace un rato que ha dejado de llover y me siento afortunada de poder resguardar mi paraguas dentro de la mochila para una ocasión mejor. Reconozco que soy una ferviente admiradora de los días de sol.
De repente, una niña se cruza en mi camino, al tiempo que se gira para vociferar algo ininteligible a otra persona que se encuentra rezagada. Parece hacerle indicaciones para que se apresure a cruzar el semáforo que le separa de su destino: la escuela Jesús María. La mujer parece forzar un poco más su lento paso, no da más de sí, y siguiendo a su pequeño retoño cruza el semáforo y alcanza la puerta del colegio al tiempo de verse cerrar tras la niña que ya está cruzando el pasillo hacia su clase.
Me invade una profunda tristeza al ver a la supuesta madre delante de la puerta acristalada, envuelta de una vana esperanza por que su hija regrese para darle un beso de despedida o sencillamente se gire para despedirla.

¡Próxima circulación por vía 2 con destino Vilafranca!

viernes, 21 de enero de 2011

La idea

Absorta, mirando a través de la ventana en uno de esos días en los que las ideas fluyen de forma nítida con el paisaje tras los cristales.

El tren sigue su rítmico traqueteo.
Las hojas duermen desordenadas -y a punto de quebrarse en una estrepitosa caída- sobre la carpeta.
La carpeta guarda un afanoso equilibrio sobre la chaqueta sin orden sobre sí misma.
Y debajo de todas aquellas palabras y de todos aquellos significados, yo.

La evidencia se hace evidente.
El camino se dibuja claro ante mis ojos.
Dados los primeros pasos, ya tengo una meta hacia la que dirigirme.


Y es entonces cuando me bajo del tren en la parada equivocada...