Nube de etiquetas

miércoles, 6 de mayo de 2015

Caricia de dioses

Rustenburg, Sudáfrica, junio de 2013


Mi relación con Julia Falcón es algo ambivalente. Se podría decir que la quiero, pero no de esa forma en que quieren los actores de esas películas del sábado por la tarde. No se trata de un amor de color de rosa, no siento mariposas en el estómago ni ningún tipo de cursilada parecido. Sencillamente la quiero. Me siento a gusto cuando estoy con ella y me parecen muy simpáticas sus pequeñas manías, especialmente lo quisquillosa que se pone cuando está con temas de trabajo... No me molesta su histerismo cuando está a punto de hacer un gran hallazgo, ni tampoco que a veces me reproche "no estar a la altura de las circunstancias" cuando me habla durante horas y horas sobre temas que no entiendo. Es exquisitamente obsesiva y meticulosa. Todas esas cosas se desvanecen cuando me mira, por eso estoy aquí, en este coche, camino de una mina y con un tipo detrás que dice llamarse Matimpulanbaye. ¡Dios! ¿No había nombres más fáciles?

- Creo que ya estamos llegando.

Sus palabras me sacan de mi ensimismamiento.

La mina está cerrada desde la sublevación de los trabajadores hará unas semanas. El tipo de atrás debe tener unos 20 años y parece que perdió a su hermano en el "accidente". Él no cree que se tratara de un accidente, sino de magia o cosas de estas. Desde que conozco a Julia he visto cosas raras, pero me cuesta horrores creer que este tipo de cosas pasan. ¡Qué quieres que te diga! El suelo es firme porque lo piso, una bala mata cuando perfora tu corazón. Estas cosas están claras, pero lo otro...

***

¡Vaya! Parece que todo apunta a la vieja Balaga, una hechicera encargada de cuidar a los habitantes de Marikana, la ciudad minera, que en el último momento se le fue la pinza. Por lo visto, los Amadlozi los han abandonado. ¿Quizás no les rezaban lo suficiente? ¿Qué clase de dioses permiten este tipo de cosas?

A veces no entiendo esta manía por atribuir las consecuencias de nuestras malas acciones a seres severos y castigadores. Cargamos nuestras responsabilidades fuera y... ¡me estoy trastornado! ¿Desde cuándo me importa lo que pase en el mundo? Abel, a tus zapatos...

***

¡¡Joder, joder!! ¡¡Si no lo ven mis ojos no lo creo!! El hijo puta de Bongano estaba muerto o eso nos dijeron, pero entonces... ¿quién diablos era ese tipo? ¡¡Bongano estaba moviéndose!! ¡¡Yo lo he visto!! ¡¡Mis ojos lo han visto!! Esto es tan cierto como que yo estoy aquí. ¿Estoy aquí? Un momento... ¡¡No, no!! Su peso ha caído sobre mí, su mirada... su mirad... ¡Dios! ¡¡Su mirada!! Los ojos llenos de vacío, de muerte, de oscuridad... ¡Qué coño era eso! ¿Un zombie al más puro estilo Walking Dead? ¡Venga ya! ¡No me jodas! Dios... vivo en un mundo donde los zombies ya no son parte de una serie, sino parte del mundo real... Creo que me estoy volviendo loco.

- ¿Cómo estás Abel?

¡Que cómo estoy! ¡¡Joder, joder!!...

***

1, 2, 3... Inspirar... 4, 5, 6... expirar...

Parece que ya llegamos a Mountseren. Supuestamente la sangoma está en la cueva. No las tengo todas conmigo y por esta noche he tenido más que suficiente. Pero Matim y Julia están decididos. Allí están todas las respuestas. Pero, ¿cuáles son las puñeteras preguntas? ¿Qué coño hago yo aquí?

Ah, sí... Julia... La odio. No sé cómo, pero siempre me veo envuelto en problemas cuando viajo con ella. Es repelente, maníaco-compulsiva, obsesiva y una histérica. Me juro a mí mismo que este es el último viaje que comparto con ella. ¡¡Joder!!

***

Al fin alguien con un poco de modales y aires de hospitalidad. Este tal Mabele, el negro albino y capataz de la mina no me da buen rollo, pero estoy muerto de hambre y su generosidad no tiene parangón. ¡A la mierda! Si me muero con alguna clase de veneno puesto en su comida, pues me muero. Mejor eso que desfallecer de hambre... Es impresionante como el miedo abre el apetito...

Efectivamente en la mina estaba la tal Balaga, hecha unos zorros debido a la cantidad de gusanos que se le agolpaban en el cuerpo y que se la estaban comiendo en vida. ¡Qué ingeniosa mi Julia cuando se puso a tocar los tambores para rehuir esas monstruosidades supuestamente mágicas! ¡Cuánta superstición! ¿Pero quién osaría poner en duda tales supersticiones dadas las circunstancias? Llamadme cobarde, lo reconozco. No era el momento para ponerse gallito...

Finalmente fueron unos tipejos los que se llevaron a la Balaga. ¡Joder, cómo corrían bosque a través! Y aquí estamos... recogiendo el premio de nuestro trabajo. La vida tendría que ser esto: lujos, mujeres, buena vida... ¡y comida en abundancia! Buen vino, fiestas... ¡Qué exquisito está todo, joder!

***

Dicen que lo bueno nunca dura mucho. ¿Qué habrán sido? ¿Unas tres o cuatro horas? Intentábamos dormir para reponer fuerzas, pero algo no iba bien. De repente sonó el pestillo de nuestra habitación. Alguien nos había encerrado, aunque no fue difícil salir de ahí.

Parece que la casa está poseída por algo maligno. Nos aparecen zombies por todas partes... y parece que provienen del sótano. Julia está muy asustada, y no puedo permitirme que le pase nada. No, a ella no. ¡¡Y qué coño es ese ruido que suena todo el rato!! Parecen ¿tambores? ¿y un cántico?

***
No, Mabele no era buen trigo. Toda esta historia no es más que la sed de venganza por el trato recibido por la vieja sangoma en su condición de albino. Julia lo tiene claro: Mabele vio su oportunidad en los poderes que otorgan los Amadlozi y dedicó su vida a la magia negra. Cuando obtuvo suficiente poder ideó "el accidente" de la mina para acabar con la vieja Balaga, pero su jugada le salió mal y para colmo de males aparecimos nosotros, interponiéndonos entre él y su secreto. Era evidente que tenía que quitarnos de en medio, aunque habría sido más sencillo con veneno en la comida... A parte de las balas, el veneno también mata.

Yo también lo tengo claro: Un principio del universo es que cada acción provoca una reacción opuesta e igual. Lo que le hicieron a Balaga fue monstruoso... y crearon un monstruo.

Por cierto, ¿cuánto debe costar este tambor "de protección" y su historia "mágica"?

1 comentario:

¿Qué te ha parecido? Déjame tu comentario: