L5A - Ikoma Kisho - Dilema moral

Año 1116, primeros de invierno

Kisho quiere decir "la que conoce profundamente su mente". A lo largo de estos meses desde que conociera a Kazuo me he convertido en una auténtica dama de la corte. Aun me faltan dos años para que recomienden mi participación en el Torneo Topacio, pero yo ya me siento adulta. Padre y madre coinciden conmigo, pero consideran que debo aprender de la Paciencia, pues sólo de ella surge la virtud del Buen Noble. Si mis padres supieran el trabajo interior que he tenido que hacer este tiempo para templar mi corazón... Tiene que ser así, nuestro amor es un secreto obligado si no queremos caer en la deshonra y el desprecio del Emperador. La única vía que tengo para respirar libremente y dar espacio a todo lo que siento es a través de los eternos cuentos que escribo o imagino en mis ratos libres. A veces temo por mí o por padre si alguien llegara a descubrir cualquiera de estos pergaminos que escondo tan celosamente. Tan solo Shizuka [Silencio], mi criada personal con la que tengo mayor confianza, sabe algo de esta historia. Ella es la encargada de hacerle llegar personalmente a Kazuo las incontables cartas que le escribo, con poemas de amor, con parte de los cuentos que recrea mi imaginación... y es a través de Shizuka que me llegan las palabras de mi amado, los origami minuciosamente trabajados con palabras en clave que sólo él y yo sabemos qué significan. En esos momentos, como ahora, no puedo evitar imaginar los retablos que contarán nuestra historia de amor en la alcoba de nuestro hogar. Si cierro los ojos puedo casi tocarlos de lo reales que parecen en mi cabeza. ¡Oh, Kazuo! ¿Pudieron las siete fortunas acariciarnos con sus bendiciones para este amor? Sueño el día en que pueda volver a verte... convertida ya en una auténtica dama de Rokugan.