Nube de etiquetas

domingo, 11 de enero de 2009

Líbido

La calle está desierta. La oscuridad lo envuelve todo. De vez en cuando el aire rompe el silencio en susurros de medianoche. Las luces están fundidas debido al temporal. Las hojas se arremolinan en los rincones de las portaladas. Ecos de fantasma en la oscuridad.

Arrebujado en su abrigo deshace el camino de la mañana. Sus pasos suenan huecos en el fondo del silencio. El paisaje se desdibuja tras gotas de alcohol. Ya no llueve y se apresura en arribar a su casa. Quedan muchos pasos por dejar de andar...

Sale al encuentro. Asoma la cabeza por la puerta de la calle. Un frío recorre sus orejas y mejillas cortándolas en un dolor agudo. Resuelve finalmente salir de su refugio y con paso dubitativo avanza por la calle desierta. Siente un miedo clavado en su corazón. Acelera el paso; decelera el paso.

Siente sed. El alcohol empieza a nublar sus sentidos. El aire le trae pasos femeninos.

El viento azota su melena meciéndola de forma violenta en el aire. Cierra los ojos para que no le entre restos de polvo.

Detiene sus pasos. Su miembro se ha puesto erecto y siente un deseo abrasador dentro de sí mismo. A lo lejos sus ojos no le engañan con una figura esbelta. Se esconde tras la columna de la portalada ansioso de que llegue su nueva presa. Pasan los segundos como minutos... el reloj se detiene a cada instante. El tiempo parece haber muerto mientras su deseo crece desmesuradamente. Siente sed.

Ya está cerca. Siente respirar a su víctima. Aprieta sus puños. Ya está aquí. Pasa de largo de la portalada y sin pensarlo se lanza sobre ella por la espalda.

- Quiero hacerte el amor toda la noche, mi amor...
- ¡¡Marco!! -se abraza efusivamente-. Me tenías muy preocupada... ¿dónde te has met...? ¡¡Oh!! ¡¡Apestas a alcohol!!

1 comentario:

  1. “Ummm....que dolor de cabeza. ¿Dónde estoy? Joder, otra vez en el sofá!!! Mierda, anoche volví a llegar borracho. No lo entiendo. Yo antes no era así.
    No comprendo como no me ha dado ya la patada. Hace demasiado tiempo que las cosas no van bien entre nosotros. Supongo que se aferra como yo a lo que fuimos y no a lo que somos. Antes todo era perfecto, era maravilloso. Ahora ni siquiera sé que somos.
    ¿Por qué no puede ser todo como entonces?
    Aún recuerdo aquella noche mágica, nunca la podré olvidar. La playa desierta, la luna...quería hacerla sentir lo más especial posible. Una hoguera en medio de la arena rodeada de pequeñas hogueras que formaban un círculo precioso. El camino lleno de velas que recorría desde la pendiente hasta las toallas parecía sacado de una película. Cuando llegó y vió todo aquello su expresión fue lo más bonito que he llegado a ver en mi jodida vida.
    Yo la esperaba junto al gran fuego. Mientras ella caminaba y se acercaba, no podía dejar de pensar en lo afortunado que era. Me había elegido a mí. A mí!!!! Ella era preciosa, simpática, inteligente, algo pícara y pese a todas sus cualidades quería estar conmigo...sinceramente nunca lo comprendí. Cuanto más cerca la tenía, las ganas de besarla aumentaban. Cuando se plantó frente a mí con la expresión de sorpresa y agradecimiento más cálida que jamás veré, me sentí....feliz....si creo que en ese momento saboreé la felicidad. Estaba tan absorto por la belleza de su expresión que no podía moverme. Pero ella se acercó más y más, muy lentamente. Y fue entonces cuando me besó. Ese fue, sin ningún tipo de dudas el mejor besó de mi vida. Fue lento, cálido, pero muy intenso. Ojalá se hubiera podido detener el tiempo en ese preciso momento. Fue perfecto. La perfección fue ese instante, esos segundos en que nuestras almas se fundieron en un beso tan cariñoso que hubiéramos podido detener el mundo. Cesó el beso, pero fue seguido de un abrazo que me hizo sentir especial, muy especial. Tanto como yo esperaba haber conseguido que ella se sintiera. Me agarró de la mano e hizo que nos sentáramos en la toalla. No hubo palabras, no dijo nada. No hacía falta. Yo la deseaba y ella a mi. Me desnudó. La desnudé. Nos besamos. Nos tocamos. Nos unimos. Nos fundimos. Morimos de placer y nos completamos mutuamente...
    De eso ya hace demasiado. No comprendo como he podido joderlo todo de esa manera. Yo soy un perdedor y ella es demasiado buena para dejarme.
    Siempre he querido que ella sea feliz, se lo merece. Debo alejarme. Debo hacer de mi alguien mejor. Alguien que esté a su altura y que pueda completarla como aquella noche.
    Debo alejarme. Debo reconstruirme como si de un edificio derruido se tratara. Crearé unos buenos pilares sobre los que sostenerme y cuando esté preparado volveré. Seré mejor. Por ella. Por mí. Porque quiero hacerla feliz. Porque quiero completarla. No se si lo conseguiré pero no cesaré en el intento....
    Ahhhh....joder, puto dolor de cabeza....”

    R.

    ResponderEliminar

¿Qué te ha parecido? Déjame tu comentario: