Nube de etiquetas

lunes, 25 de mayo de 2009

Juego prohibido

La bocca mi bacciò tutto tremante


Me miraste y yo sentí tu mirada; temblé en la oscuridad de la sala. La música sonaba in crescendo... y los instrumentos se agolpaban el uno contra el otro con premura. Las notas oscilaban nerviosas en el aire y yo las absorbía con mi respiración.
Me enamoré.
Iniciaste un juego y yo decidí jugar contigo. Las reglas estaban claras, rozábamos lo prohibido. Nuestros corazones acelerados, la mirada clavada al frente, tu mano sobre la mía. Una brisa acarició mi cara. ¿Fuiste tú o lo imaginé?
Me enamoré.
El mundo se detuvo por unos instantes. ¿O quizás fueron días? La música cada vez se oía desde más lejos, irrelevante. Las luces del escenario nos iluminaban; pasamos a ser los actores de una importante representación teatral. Las miradas de los espectadores clavadas en nosotros.
Me enamoré.
Desperté de un sueño y tú estabas a mi lado. Me mirabas con una sonrisa cálida. Tu mano seguía sujetando la mía. Te acercaste y...
Me enamoré.

2 comentarios:

  1. Intensito, intensito.

    ¡Qué bien escribes, jodía! :P

    Envuelves al lector en el ambiente que creas y le haces cabalgar al ritmo de tus frases.

    ResponderEliminar
  2. Me enamoré. Me he enamorado. ¿Me enamoraré? A saber....
    La verdad en estos momentos no se ni quien soy. Me levanto algunas mañanas sintiendo ser un soldado inmerso en una misión de dolor y venganza. A la siguiente soy un agente de un organismo internacional tratando de recuperar un virus letal. A la siguiente...un mercenario, un manager, un piloto de carreras ilegales...incluso a veces me siento un mísero ladrón tratando abrirse camino en una ciudad que lo detesta. He perdido mi identidad. He perdido el rumbo. Me miro al espejo y facciones que antes reconocía como propias me parecen extrañas. Ya no soy. Tan solo estoy.
    Trato de conectar. Conectar con alguien que haga que vuelva a reconocerme. No lo consigo.
    Me he convertido en un dispositivo que se conecta a internet de forma automática cada vez que encuentra señal por la calle. Cada oportunidad que encuentro trato de conectar. Pero soy tecnología obsoleta. En ocasiones la trasmisión de datos de no es correcta o suficiente. En realidad no se cual es el problema. Seré yo. Serán los demás. La verdad, no importa. Solo se que la incertidumbre de la soledad cada vez absorbe más mi ser. Pronto me tendrá por completo.
    Me quisieron y dejaron de hacerlo. ¿Volverá a quererme alguien? ¿Volveré a sentirlo de nuevo?
    Pede que sí.
    Puede que no.
    Me he convertido en tecnología obsoleta.
    Soy un 386.
    Ya nadie piensa en él.

    R.

    ResponderEliminar

¿Qué te ha parecido? Déjame tu comentario: