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sábado, 8 de agosto de 2009

Conversaciones conmigo misma

Algunas personas se creen que son el ombligo del mundo, que el resto de la gente ha de bailar a su son. Ahora tengo miedo, ahora me apoyo en ti; ahora estoy ocupado, ahora te ignoro por completo. Esas personas se creen que cuatro palabras dan más profundidad a su vacuidad; con una excusa barata y una comparación odiosa dejan claro, al final, que son las personas más banales y más superfluas que la faz de la tierra ha parido. Detrás de su look elegante y minimalista esconden una carencia importante de valores reales.
Lejos de la realidad, no dejan de ser personas egoístas cuya empatía y atención por los demás brilla por su ausencia. No tienen medida a la hora de hacer daño aunque finjan sentirlo mucho cuando les pones en aviso. Son personas que desprecian las atenciones y cariños que les puedas dar, que te obvian cuando les cuentas algo tuyo (a veces simplemente se limitan a no responder dando por sentado que con el silencio queda más que claro que les estás robando protagonismo). Son personas que se lamentan porque les han abandonado. Se jactan del "pobre de mí que mira lo que me ha hecho". Y yo me pregunto, ¿no tendrán dignidad siquiera para reconocer que ellos son la causa de que la gente salga despavorida de su lado?
Descubierta la vacuidad de sus vidas, esas personas merece bien la pena tenerlas lejos. Nunca se sabe cuando van a volver a reírse de ti, si es que no lo están haciendo mientras leen este post :)
Con todo el cariño, para ti.

Adiós.

1 comentario:

  1. Hay gente que es nócivo, quizá no para todos, quizá si para alguno. Pero si somos ese alguno, mejor que esas personas estén lo más lejos posible e interfieran lo más minimo en la vida.

    Es cuestión de higiene emocional.

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