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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Editorial 404


Mi querido lector,


Tras el humo de la coca-cola las ideas aguardaban expectantes, acomodadas en sus sillones de cuero castaño. Anteriormente jamás había vivido la sensación de lo Incongruente: al fin el cero abarcaba al infinito, el final se convertía en principio, y el círculo cerraba su recorrido.
Por vez primera tras el batacazo la oscuridad dejó paso al silencio del alma, a una paz fuera de lugar y a la vez tan oportuna. Tras el inicial torbellino de sensaciones, vacíos y pozos, me inundé de nada y me dejé llevar. Cual principiante busqué en las formas hasta ahora conocidas, derramé dos lágrimas y, repentinamente, comprendí que se abrían las posibilidades ante mi derrota. En medio del caos que se había ido formando a lo largo del día, se me hizo clara y presente la felicidad y la calma. No se trata de desandar lo recorrido, de desaprender lo aprendido... No se trata de anclarse en un empeño fijado en el horizonte. El objetivo en sí mismo, el camino en sí mismo... de repente apareció bajo mis pies, contundente, claro y cálido. En verdad, amigos, cuando una vela se apaga, muchas más se encienden en rededor.


Afortunada y Jacinta, con las botas sucias, me digno a echar una ojeada en la página anterior. Los renglones torcidos me resultan ahora ridículos, aunque queda forjar la distancia de las letras escarlatas (...).

¡Que me aspen si la vida trata de ideales! ¡Que me aten si vuelvo a volar en pos de la libertad, de la igualdad, de la fraternidad! ¡Que me corten la lengua cada vez que traicione mi yo más íntimo! ¡Que me admiren cada vez que levante la cabeza del charco para decir que ese reflejo deformado soy yo, y nadie más que yo! Miradme bien y olvidad lo que habéis oído: un abrazo confundido y la incomprensión de una cena medio pactada.
Desde el silencio del puente que une la costa con la villa, dos luces en la noche hacen acto de escapada. Pasos en el asfalto humedecido por la niebla inminente, dando pasos. Siguiendo el rastro del olfato, el olor nos consume y nos aturde los sentidos. En un banco reposado, de la belleza de la noche. Canta el árbol ensimismado las canciones del presente. Cesa el baile la peonza; inicia las danzas aquel filtro.

Afortunada y Jacinta, con las botas sucias, me digno a echar una ojeada en la página anterior. Los renglones torcidos me resultan ahora ridículos, aunque queda forjar la distancia de las letras escarlatas (...).


Me levanté del suelo y, expulsando el polvo de mis ropas, miré a mi alrededor. El mismo espacio que hacía tres cajitas había sido un laberinto. Un abanico de infinitas-1 posibilidades se abría entre mis ojos y el horizonte. Y de repente comprendí, ilusa de mí, cuán equivocada había estado. ¡Qué poco valemos los muertos! ¡Qué menos valemos los vivos! Jugando a ser dioses en la faz de la tierra, nos acercamos a un cosmos infinito.


Si el pasado y el futuro son esquivos, si el presente se hace efímero. ¿Qué nos queda?
Abre la mano y toma este regalo en forma de cajita metálica para que puedas descifrarlo...

1 comentario:

  1. El presente es una constante sucesión de momentos efímeros. El presente es siempre, el presente es nunca.

    En todo caso, vive el presente ... y a ser posible, gózalo. Que ni el pasado te ancle, ni el futuro te desvie la atención.

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