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viernes, 19 de septiembre de 2008

El pozo

Hacía un tiempo el pozo estaba seco. Tras los muretes de la superficie el mundo desaparecía en una oscuridad que lo tragaba todo. Tan solo un olor a estancado que provenía del fondo daba a entender que uno seguía vivo. Era fácil perder las horas en lejanos pensamientos, cabeza en manos y codos por soporte. De vez en cuando corría una suave brisa que llenaba la camisa, jugando al tiempo con ella.

Sin embargo, hacía escasas semanas había sucedido una terrible desgracia. El pozo había llenado su vacío en un desmesurado montón de oro que prácticamente lo cubría todo hasta la superficie. Y esto al desventurado Jordi le consumía. El pozo estaba tan lleno que no cabía lugar al libre-pensamiento, a la soledad bien-querida; y el oro brillaba tanto que resultaba molesto, cegador, sobrecogedor.

(...)

Con el tiempo ya nunca más el viento suave desenredó los rizos de Jordi. Ningunos zapatos volvieron a pisar las hiervas del murete. Ningunos ojos, bien conocidos bien desconocidos, atisbaron más sombras extrañas en la oscuridad.
Con el tiempo, el pozo cayó en el olvido y se perdió en una leyenda...

2 comentarios:

  1. no hay nada peor que llenar tu pozo de codicia, hace que no haya lugar para nada mas :(

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  2. El camino nunca parecia terminar. Una larga linea recta infinita aunaba el sol y las montañas. Y en el centro caminando estaba él, Marco. Seguía su periplo en la montaña rusa que era su vida, ya se sabe, muy arriba, muy abajo, a gran velocidad, a poca... El caso es que disfrutando del camino se encontro con el pozo. Era imposible no verlo, llamaba la atención. En realidad era imposible no fijarse porque en ese yermo camino no habia nada, no habían arboles ni arbustos, sólo estaba el pozo. No obstante Marco creía que por muchas cosas más que hubieran podido distraer su atención, habría mirado por el pozo. Pasó a su lado y sólo vió oscuridad. Miró, meditó y marchó.
    Semanas más tarde volvió a pasar junto a ese mismo pozo. Extraña situación porque no solia volver sobre sus pasos, pero en esa ocasión el azar así lo quiso. El pozo era distinto, refulgia brillantez. Marco pensó para sus adentros "donde antes había oscuridad ahora hay luz, donde habia soledad ahora..." Se alegró, se alegró mucho. Aunque sabía que el pozo desapareceria dado que su misión ya no tenia sentido, se alegró pensando que todo puede suceder, incluso que un pozo solitario se convierta en la más brillante de las cosas. Se reconfortó gratamente.
    Antes de partir se encontró con otro chico y le preguntó "¿Porque no desenrerará más tus rizos?"
    Y él respondió "porque..." y la respuesta se perdió en viento.

    R.

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